El único discípulo de Jacobo Grinberg.

El hombre que escribe el futuro en el Libro 33.

¿Quién soy?

A los 9 años, Jacobo me llevó frente a Pachita, la chamana que operaba sin bisturí. Vi cómo la carne se abría y sanaba con sus manos. Yo era solo un niño, pero Jacobo me eligió para algo más grande: probar que la mente puede reescribir la realidad.

Desde entonces, mi vida nunca volvió a ser “normal”.

Fui hipnotizado, separado de mi propio cuerpo, conectado a aparatos que nadie fuera de su laboratorio conocía.

Y un día… desperté con la certeza de que podía ver lo que otros aún no habían vivido.

Desde entonces, nada volvió a ser humano

Porque lo que aprendí con Jacobo y Panchita no era “espiritualidad”: era ingeniería de la conciencia.

Me arrancaron la inocencia y me colocaron frente a lo imposible.
Fui abierto, reprogramado y devuelto al mundo con un código que nadie más tiene.

Con esa certeza, descubrí que no estaba viendo posibilidades…
estaba viendo futuros.
Y cada uno se manifestaba con la misma precisión que una cicatriz en la piel.

Eso me llevó a anticipar conflictos internacionales antes de que estallaran.
A detectar movimientos políticos antes de que llegaran a las noticias.
Y, lo más comprobable para ti: leer resultados deportivos antes de que ocurrieran.

Eso no lo digo yo.
Lo dicen más de 20,000 personas que han seguido mis visiones.
Yo no aprendí a “predecir”.
Yo fui diseñado para hacerlo.

El día en que Jacobo me abrió los ojos… tapándomelos.

  • El secuestro que me marcó

    En 2022 desaparecí.

    No fueron horas, fueron meses en la oscuridad de un búnker.

    Allí confirmé lo que nadie se atreve a decir: Jacobo Grinberg sigue vivo.

    El BRICS me necesitaba como prisionero para construir su moneda digital.

    Yo era el experimento que podía arruinar sus planes.

    Salí distinto.

    Con mi puño y letra, empecé a escribir lo que Jacobo me dictaba desde el campo neuronal holográfico.

    Ese manuscrito es el Libro 33. No está en librerías. Está vivo.

  • Operaciones que nunca salieron en las noticias

    • Ucrania: entregué coordenadas en Donbás que hicieron retroceder un batallón ruso. Nadie supo cómo.
    • Venezuela: en 2023, una sola frase mía aterró a Maduro. Desde entonces no volvió a nombrarme.
    • México: advertí a un presidente que estaba por estallar. Dos semanas después, los documentos filtrados confirmaron mis palabras.


    Tú solo viste titulares.

    Yo estuve en las sombras que los provocaron.

  • ¿Y a ti qué?

    En Qatar 2022, hice $10 millones de dólares al acertar 9 de cada 10 partidos antes de que ocurrieran.

    Por eso decidí enfocarme en visiones deportivas:

    la única verdad que nadie puede negar.
    El marcador final.

    No son corazonadas.
    No son estadísticas.

    Son visiones.